
Al acabar la Segunda Guerra Mundial Albania se alió con su vecina Yugoslavia, que se convirtió en su protector, concediéndole ayudas en forma de grano, créditos o comprándole sus materias primas a casi el triple del precio de mercado. Las cooperación funcionaba hasta que surgieron las primeras desavenencias y recelos sobre el papel que Albania tenía que jugar en esta alianza. Albania rompería relaciones con Yugoslavia y pasaría a caer en la órbita de la URSS de Stalin, cuya ayuda reemplazaría la yugoslava.
Tras la muerte de Stalin en 1956 la situación volvería a cambiar, la condena del régimen y los crímenes de Stalin por parte de Khrushchev, despertó el rechazo de Hoxha y este proclamó su país "reserva espiritual del marxismo-leninismo".

En 1968 la invasión de Checoslovaquia por parte de los soviéticos hizo temer a Hoxha que Albania fuera la siguiente, lo cuál hizo que el ritmo de construcción de bunkers se acelerara. Según cuentan algunas fuentes, elprimer prototipo de estos bunkers había sido finalizado en los 50, durante su presentación Hoxha preguntó al ingeniero en jefe si estaba seguro que resistiría el ataque de un tanque, este respondió que estaba "muy seguro". Entonces Hoxha le pidió que permaneciera dentro de su creación mientras un tanque bombardeaba el bunker.
Lamentablemente para la población cuerda de Albania, el ingeniero salió ileso tras el ataque y se procedió a laproducción en serie de su invento. Estos bunkers eran de hormigón armado, pero eran a su vez móviles, con la intención que fueran fáciles de colocar con un helicóptero o grúa en un agujero excavado previamente. Los había de varios tipos: bunkers de playa, para una ametralladora, instalaciones navales submarinas, bunkers subterráneos para servir de almacén. Los más comunes eran los que tenían forma de seta y podían albergar una ametralladora de 75mm.

Algunos albanos aún recuerdan su sorpresa el día que los funcionarios del estado llegaron y les dijeron que iban a construir un bunker delante de su casa, algunas veces en medio de la tierra de labor.
La proliferación de bunkers por todo el país creaba un estado de inseguridad y de alerta en la población que sin duda era positivo para mantener la paranoia de la invasión inminente.
Los bunkers no fueron el único elemento de supervivencia de Hoxha, ni siquiera el más excéntrico. Era tal su temor a ser capturado o asesinado por los invasores, que algunas fuentes afirman que ordenó crear una doble suyo mejorado con cirugía para que asistiera a los actos públicos. Este no sería el único hecho que confirmaría que los temores de Hoxha eran reales, pues tras la caída del régimen comunista se encontraron arsenales de armas químicas escondidas en algunos de bunkers almacén preparadas para ser usados contra los invasores que nunca aparecieron.
En la Albania post-comunista, algunos de estos bunkers han sido utilizados por los vecinos como medio de provisión de material de construcción, otros se han convertido en almacenes o tiendas, WC públicos o incluso modernos restaurantes. Sin embargo son muchos los que aún se mantienen en pie tal como quedaron el día que cayó el comunismo en Albania, convertidos en un mal recuerdo de un pasado de paranoia y miedo para unos y como un simpático souvenir para otros.